Una salpicadura de grasa en una camisa nueva o una mancha de vino tinto en la alfombra son muy molestas. Por fortuna, se trata de percances que tienen una rápida solución. Sin embargo, antes de recurrir a quitamanchas comerciales te sugerimos probar estos remedios caseros y decirle adiós a las manchas.Te puede interesar leer: La limpieza del hogar: Una labor de todos los días
Las manchas en la ropa o la tapicería deben tratarse inmediatamente. Para proteger el resto de la tela, coloca un paño o una toalla de papel absorbente sobre la mancha. Después, vierte un poco de agua mineral sobre ella y déjala actuar un par de minutos. Finalmente, remueve la suciedad con una esponja o un paño.
Recuerda siempre limpiar desde fuera hacia dentro, y evita usar agua caliente para no fijar la mancha.
En muchos tipos de manchas puedes usar simplemente agua y jabón suave. Otra opción es humedecer la parte sucia y frotarla con jabón de hiel de vaca (a la venta en tiendas de productos naturales o en línea). Si utilizas productos caseros para lavar la ropa, trata antes las manchas para obtener una mejor limpieza.
El amoniaco es un producto de limpieza muy eficaz. Al combinarlo con otros ingredientes podrás eliminar hasta las manchas más difíciles. Pero evita inhalar sus vapores (puede irritar las mucosas) y que entre en contacto con tu piel. Prepara una potente solución mezclando estos ingredientes; luego, viértela en una botella con cierre hermético:
No olvides mantener la botella en un lugar seguro, fuera del alcance de los niños.
Mezcla 2 cucharadas de agua y 3 cucharadas de vinagre. Vierte un poco de la solución sobre la mancha y, una vez que seque, enjuaga con ayuda de una esponja o lava la prenda.
Trata este tipo de manchas enseguida; de lo contrario, será casi imposible eliminarlas. En el caso de telas, empapa la parte sucia con un poco de vino blanco y luego límpiala usando un paño húmedo. En una alfombra o tapete, esparce una cantidad generosa de sal sobre la mancha, deja que seque perfectamente y pasa la aspiradora.
El suero de leche es una maravillosa forma de acabar con ellas. Primero, trata la mancha mezclando 2 cucharadas de solución de amoniaco en 1 litro de agua caliente. Aplica un poco sobre la prenda y deja reposar.
A continuación, combina suero de leche con un poco de jugo de limón (si no consigues suero de leche, puedes mezclar 1 taza de leche entera con 1 cucharada de jugo de limón o vinagre blanco) y sumerge ahí la prenda toda la noche. Al día siguiente, lávala como de costumbre.
Lávalas de inmediato con agua fría; de lo contrario, la proteína puede coagularse y adherirse a las fibras de la tela. Para casos difíciles, sumerge la prenda en agua fría con sal. También debes remojar las manchas secas en agua fría, pero tratarlas adicionalmente con jabón de hiel de vaca, agua con sal o carbonatada.
Frota las manchas frescas con jabón de hiel de vaca. Otra alternativa es usar amoniaco o alcohol metílico, pero debes probar antes la sensibilidad de la tela en un lugar poco visible. En algunos casos también es útil colocar la mitad de una papa cruda sobre la mancha, pues el almidón ayuda a disolverla. Luego, mete la prenda en la lavadora.
Utiliza ácido cítrico para la ropa blanca y vinagre para la ropa de color. Mezcla 4 cucharadas de ácido cítrico en polvo en 1 litro de agua caliente o agua con esencia de vinagre. Sumerge las zonas sucias de la prenda en esta solución toda la noche; lávala.
Si son recientes, esparce un poco de harina de maíz, centeno o papa sobre ellas y deja reposar unas horas. Luego, aspira o cepilla la zona. También puedes frotarlas con agua caliente, si el material lo permite; después, añade un poco de detergente y la grasa se disolverá. Trata las manchas viejas con una solución de sosa caliente o con jabón de hiel de vaca.
En tejidos delicados, coloca toallas de papel absorbente debajo y encima de la mancha y plancha la prenda a una temperatura adecuada; finalmente, lávala como acostumbras.
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