Mantén tu recámara limpia con estos consejos
Pasamos un tercio de nuestra vida en el dormitorio, la mayor parte de ese tiempo durmiendo. Al hacerlo, en gran medida estamos inmóviles y respiramos profundamente, pero también sudamos... ¡razón suficiente para mantener limpios el colchón y la ropa de cama!
Limpia la recámara con regularidad
Hacer la cama, cambiarnos de ropa y la actividad cotidiana normal generan una gran cantidad de polvo, razón por la cual es necesario sacudir y barrer o aspirar nuestras recámaras con frecuencia. Limpiar tu recámara con frecuencia es importante por varias razones.
En primer lugar, la recámara es el lugar donde pasas varias horas al día, por lo que es importante mantenerlo limpio y ordenado para tener un ambiente saludable y agradable para descansar. Además, una habitación limpia y organizada puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, ya que un espacio desordenado puede aumentar los niveles de estrés.
No olvides los burós, cajones y cualquier otro lugar donde guardes cosas. De vez en cuando hay que vaciarlos por completo y asearlos. Limpia tu clóset con un paño húmedo al menos dos veces al año; un buen momento para hacerlo es cuando revisas tu ropa al inicio de una nueva estación.
En general, es recomendable limpiar la recámara al menos una vez por semana, incluyendo la limpieza del polvo, el vaciado de la basura, la limpieza de superficies y la organización de los objetos personales. Sin embargo, la frecuencia de la limpieza dependerá de cada persona y su estilo de vida, por lo que es importante encontrar un equilibrio que funcione para ti y mantener tu recámara limpia y ordenada de manera regular.
Cama bien cuidada = sueño reparador
Vale la pena invertir en ropa de cama de buena calidad, almohadas cómodas, un colchón ortopédico y una base firme. Toma en cuenta que cada quien tiene necesidades distintas; algunas personas sudan por la noche, mientras que otras sienten frío. Elige ropa de cama adecuada a tus hábitos personales de sueño.
En cuanto a los colchones, hay quienes los prefieren firmes, mientras que a otros les gusta algo más suave. Además, es necesario considerar la altura de la cama y, si lo deseas, ajustar el ángulo de la cabecera o la piecera y el tamaño de la recámara. ya que si el espacio es pequeño el colchón debe ajustarse al espacio. Sin importar lo que elijas, recuerda cuidar bien tu cama y mantenerla limpia, para poder disfrutarla muchos años.
Ropa de cama cómoda
En aras de una buena higiene, evita hacer la cama tan pronto como te levantes. Deja que las sábanas se enfríen y oreen un rato, con la ventana abierta de la recámara si es posible. Esto permitirá que se disipe gran parte de la humedad que la ropa de cama absorbió por la noche.
- Cambia las sábanas cada semana (o cada 15 días, como máximo) y lávalas a una temperatura de 60 °C. Si has estado enfermo o sudaste mucho, usa sábanas limpias más a menudo (todos los días, de ser necesario).
- Hay que sacudir los edredones o almohadas rellenas de plumas diariamente, para esponjarlas y quitarles las arrugas.
- Hoy día la mayoría de los edredones y colchas de plumas pueden meterse a la lavadora a 60 °C. Pero, aunque esto es posible en teoría, que quepan en tu lavadora dependerá del tamaño y la cantidad de relleno. La mayoría de las lavadoras domésticas no son lo suficientemente grandes, así que tal vez debas llevarlos a una lavandería.
- También puedes llevar tu edredón a un servicio de limpieza profesional o tintorería; estas compañías se especializan en ropa de cama, e incluso pueden revisar el material de la cubierta y hacer reparaciones de costura necesarias. Quizá te convenga aprovechar la oportunidad para agregarle relleno. Evalúa si vale la pena el gasto o si prefieres invertir en un edredón nuevo.
- Las frazadas de lana, pura o mezclada, pueden lavarse a mano con un detergente especial. Exprímelas suavemente para que salga la suciedad y luego tiéndelas al aire libre; evita usar la secadora. Es posible lavar en seco las frazadas de lana pura, pero no se recomienda esta opción para las mezclas de lana.
Más formas
- Los edredones rellenos de fibras sintéticas son más fáciles de lavar que los de plumas, y también son ideales para las personas que padecen alergias. Sin embargo, es importante leer las instrucciones de cuidado que vienen en la etiqueta para saber a qué temperatura debes lavarlos y cuál es la mejor manera de secarlos. Otra ventaja de los edredones sintéticos es que suelen caber en las lavadoras domésticas.
- Los edredones de plumas de ganso son los más ligeros y suaves, y muchas personas opinan que representan la máxima comodidad para dormir. Como suelen ser muy costosos, vale la pena llevarlos a un servicio profesional de limpieza donde también puedan rellenarlos y reparar la cubierta en caso de ser necesario.
- Debes lavar las almohadas con mayor frecuencia que las colchas o los edredones, aproximadamente cada tres meses. La mayoría de las almohadas caben fácilmente en la lavadora.
- Ahorra tiempo. Usa un protector para colchón que puedas meter a la lavadora o, en zonas más frías, un protector sintético acolchado. Es mucho más sencillo lavar este tipo de cubiertas que quitar las manchas directamente del colchón.
- Truco de los expertos. Sin importar dónde vivas, es buena idea tener ropa de cama distinta para el verano y el invierno. Tras lavar la ropa de una estación, guárdala en una bolsa para almacenar al vacío. Basta con meterla en la bolsa, sacar el aire con una aspiradora y cerrarla. Estas bolsas ahorran espacio y brindan una protección confiable contra los ácaros.
La manera correcta de secar una colcha o edredón
Después de lavarlos, procura secar las colchas y edredones sintéticos o de plumas de manera que no se apelmace el relleno. Lo más recomendable es usar una secadora de ropa, pero la mayoría de estos aparatos domésticos son demasiado pequeños (no tienen espacio suficiente para que las plumas se expandan). Otra opción es llevarlos a una lavandería o tintorería, donde hay máquinas de mayor capacidad.
- Si deseas secar un edredón o colcha de plumas al aire libre, evita que reciban la luz solar directa, ya que esta puede secar las plumas y volverlas quebradizas.
Mantén tu cama impecable | |
Todos los días | Orea la ropa de cama con la ventana abierta. |
Cada semana | Cambia las sábanas. Si tienes un futón, enróllalo y dale la vuelta. Al voltear un futón con frecuencia, el relleno se distribuye de manera uniforme y evitas la aparición de moho. |
Cada mes | Levanta el colchón, ya sea relleno de plumas, látex o espuma, y limpia bien la base. |
Cada tres meses | Lava las almohadas. |
Dos veces al año | Cambia las colchas o edredones de verano o invierno y dale vuelta al colchón. Si este tiene zonas independientes de firmeza, asegúrate de colocarlas correctamente. |
Cada tres años | Lava los edredones de plumas o llévalos a un servicio profesional de limpieza. |
Cada ocho años | Compra un colchón nuevo, si es posible. |